Entrevista | Leopoldo Salvarezza


El psicogerontólogo, Leopoldo Salvarezza, se pregunta: “si la niñez produce niños, la adultez, adultos, ¿por qué la vejez tiene que producir tercera edad?”.

“Algo pasa que la palabra ´viejo´ produce malestar. Y eso no le pasa sólo al adulto mayor, sino fundamentalmente a quien lo dice porque tiene que ver con una connotación negativa que se le da al término”, explicó Leopoldo Salvarezza, miembro de la primera cátedra de Tercera Edad y Vejez en la Facultad de Psicología de la UBA.

Salvarezza es médico, psicoanalista y psiquiatra, y se especializa en la problemática del envejecimiento desde 1970.


-¿Cuál es el término adecuado?
-El tema es que como a cada uno le incomoda su propia vejez no sabe bien cómo referir al viejo. La gente le teme a esa palabra, pero todo depende del grado de cariño que se ponga al decirla. Viejo no es una mala palabra en sí misma.

-¿Cuáles son las denominaciones que habría que evitar?
-“Abuelo”. Es una usurpación de título porque no todos los viejos son abuelos y porque además, uno no es el nieto de cada viejo. Tampoco se trata de decirle “viejo” cuando la persona tiene su nombre.

-¿En el ámbito académico hay alguna definición?
-Yo suelo resolver el tema de la siguiente manera: el envejecimiento es un fenómeno que ocurre en todos los organismos vivos que es el resultado del crecimiento y la acumulación de años y no hay cómo combatirlo. Por más que uno se haga cirugías, se ponga botox, el organismo sigue envejeciendo. En cambio ser “viejo” es algo que debe ser pensado desde el punto de vista subjetivo personal. Cada cual va a determinar en un momento de su vida que es viejo para determinada cosa, es decir, son decisiones subjetivas.

-¿Cuándo comenzó a hacerse evidente que la población estaba envejeciendo?
-El aumento de la expectativa de vida se empezó a detectar a partir de la segunda mitad del siglo XX. En ese momento la gente comenzó a darse cuenta de que había más viejos en todos los espacios y esto empezó a incomodar. Digamos que esta situación fantástica que constituía el resultado de una lucha histórica de la humanidad de pelear contra la muerte, en lugar de tomarse como algo positivofue un problema.

-¿Qué consecuencias trae esta situación?
-Para quienes conforman la sociedad, ver al viejo los enfrenta con una regla de hierro: el ser humano muere joven o envejece. Los viejos fueron entonces colocados al margen de la sociedad: pasaron a ser “los otros”.

-¿Hay diferencias entre aquellas épocas y ahora?
- Esta entrevista, por ejemplo, no hubiera existido hace cincuenta años. A partir del esfuerzo que hicimos un grupo de colegas se empezó a corporizar la figura del viejo. Se empezó a ver que a pesar de que quisiéramos marginarlo estaba ahí, y generaba un problema que había que solucionar.

-¿Cuáles son los aspectos que continúan?
-Siguen instaladas determinadas expresiones como “el viejazo” y nadie termina de aceptar la vejez con el humor que debería. De hecho, cuando a una persona mayor se lo ve bien se le dice: “estás joven”.

-¿Cuál fue su motivación para dedicarse al envejecimiento?
-Cuando yo comencé era muy joven y la pregunta sobre la vejez era recurrente. Como no sabía qué responder,me puse atrabajar con los viejos en defensa propia, porque sabía que en algún momento me iba a llegar y quería estar lo mejor posible. Hoy, cuarenta años después, pienso que realmente fue así.

Fuente: Télam, Sábado, 19 de Febrero de 2011. Disponible en la web de la Publicación "La Cita": http://www.lacita.info/secciones/secc_sociedad80.html

1 comentarios:

El 19 abr 2011, 9:50:00 p.m. Marina Pelinski opinó:

FELICITACIONES¡ POR LA INICIATIVA DE PODER ESTAR COMUNICADOS, MISIONES PRESENTE Y PARTICIPA,UN ABRAZO A TODA LA COMUNIDAD EGCI¡¡

 

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